sábado, 23 de agosto de 2008

Tres reinterpretaciones sobre caballeros oscuros...


Como no se publicó el comentario en el Blog de Andrés Lajous, he aquí mi comentario sobre las interpretaciones (actorales y hermenéuticas) sobre el caballero Nocturno:

Sólo unos detalles sobre la interpretación:

1) Un ataque a la disidencia social.
Dices que el Guasón no pudo corromper a Batman. No. El Guasón no quiso corromperlo. –“El Guasón tomo al mejor de los tres” dijo Batman a Gordón, es decir, no tuvo en sus planes corromper a Batman pues es “igual a él”, sólo tomo al mejor para probar su punto: con el caos necesario, la moral Puede llegar a ser circunstancial.
¿Batman vanidoso? Sólo en principio, luego, Batman pasa de la moral a la ética: de poder elegir entre dejar de ser marginal y ser un héroe (visto desde afuera de sí, visto desde la mirada ajena: es decir, lo moralmente correcto) decide seguir siendo marginal porque según su criterio (ética) tiene que asumir costos para llegar a un mejor resultado. No hay que olvidar que en un principio Batman vio en Dent su reemplazo. Batman pudo haber tomado la decisión de rebelar la verdad y decir que Dent se pervirtió, (y entonces tomar su lugar como héroe y dejar de ser marginal), pero decidió seguir su camino independientemente de lo que el Guasón aborrecía, es decir, las consecuencias morales (valores impuestos por la mayoría). La obviedad es que a veces la moral se contrapone a la ética, que hasta la moral más rebelde es sólo eso, una moral, que cuando se agudiza y ahoga a la ética se vuelve moralina. A Batman no le interesan las moralinas. Decidió continuar con el establishment no porque fuera moralmente correcto; simplemente porque decidió que era lo mejor.

2) El heroísmo de la guerrilla esquizofrénica
El Guasón fascina porque su actuación es una proyección catártica; aunque en ningún momento refiere que su ataque (o locura) esta dirigido a las instituciones o entidades sociales abstractas; más bien refiere su ataque a “ellos” como le dice a Batman cuando este lo interroga; a sí mismo, cuando quema el dinero, explica sus intenciones al pandillero, y refiere (no al capitalismo puntual o tardío sino a) “ustedes”. Es decir, y me explico inviertiendo la pregunta del supuesto de Marcuse, ¿Qué pasaría si Marcuse hubiese sido en el fondo un moralista que invento enemigos para justificar su praxis? En ese sentido la hipocresía no sería por parte de un “sistema” sino de una sociedad que inventa “sistemas” y se apega a su norma, pero lo abandonan tan pronto entran en conflicto de intereses. El Guasón lo sabe, y lo transmite a los espectadores cuando a través de sus actos se despierta un espíritu de solidaridad de quién duda de la moral (quien duda de los sistemas, no por injustos o desiguales, sino por el simple hecho que son construcciones falsas).


3) Cínismo puro y duro.

Maquiavelo fue un cínico a la altura de Diógenes cuando escribió El príncipe. El ver a las personas más allá de la moral implica pensar a las personas como casi infinitamente moldeables (como seres humanos, pues). Que los delincuentes hayan cambiado de papel con los ciudadanos muestra que nadie esta exento de salir de su fracción de identidad y cambiar para volverse su opuesto. En realidad, la moral es la que otorga significado repartiendo papeles para actuar. Pero la moral puede llegar a ser circunstancial. La identidad también.

El Guasón es un Héroe por su inhumanidad. Su locura nos sacuda (las creencias sociales) a la vez que nos sitúa (en nuestras decisiones personales).

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